Miopía judicial… ¿Sera Justicia?
Por: Abog. Luis Suppa
Mientras leía el artículo escrito por el Lic. Daniel Radduso —La Ciudad de las niñas y los niños y la CABA de derechas— recordaba que en ocasión de estar cursando una materia de posgrado mantuve acalorados debates con el profesor, un juez de la Sala IV de la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo, Tributario y de Relaciones de Consumo de la ciudad de Buenos Aires. Con el Dr. coincidimos en un solo aspecto: cuando hablamos de Derecho Constitucional, hablamos de la lucha de poder.
En su artículo, Daniel hace un primer foco en el aspecto filosófico del texto que integra a su análisis y sostiene como basamento el fortalecer la democracia y la integración social, como punto de partida para el desarrollo, reconocimiento y plena eficacia de los derechos de la niñez, lo que implica indefectiblemente su tamiz a través de lo que denomina “lente de las infancias” como dispositivo que permita naturalizar de iniquidades en pos de una Ciudad más igualitaria.
Pero… ¿qué tiene que ver en esto el Juez? bueno, como sostuviera Jhering, los derechos y su eficacia se obtienen por lucha. Esa lucha, es una lucha de poder.
Resulta que su Señoría se posicionaba en su inquebrantable defensa de los Derechos Humanos para bajar línea contra todos los procesos políticos que reconocieron derechos a las mayorías populares. Nos recordó con énfasis las dictaduras; los casos de corrupción; el intento de perpetrarse en el poder y no escatimo en justificaciones sobre los procesos de destitución en la región, sin reconocer la existencia de golpes de Estado ni la de presos políticos y siempre, pero siempre, dejando en alto la palabra de la OEA. Ahora bien, ese lente sigiloso con el que mira la paja en el ojo ajeno se transforma en un caleidoscopio a la hora de mirar la propia, lo que lleva a que su Excelencia desestime una y otra vez amparos contra el Gobierno de la Ciudad.
En su raid podrán encontrar: allanamiento, desalojo y demolición de la vivienda por obras ejecutadas sin permiso; desalojo y negativa al reconocimiento de derechos sobre la propiedad o el rechazó in límine de un amparo interpuesto por una persona que recurrió a la justicia en demanda de resguardo de su dignidad y un nivel de vida adecuado exigiendo al Gobierno de la Ciudad asistencia habitacional. Como frutilla del lisérgico derrotero sentencial, llego a intimar a un Legislador porteño a no presentar más amparos por cuanto ello implicaba una acción temeraria y un abuso del acceso a justicia.
Lo increíble de todo esto es que su Señoría integra la Cámara que hizo lugar al amparo presentado por dos ONG´s ligadas al macrismo y que declaró la inconstitucionalidad del DNU que disponía la suspensión de las clases presenciales, ordenando al GCBA que en el marco de su autonomía y competencias propias disponga la continuidad de la presencialidad en el ámbito del territorio de la Ciudad. Todo ello en un claro mamarracho jurídico debido a la incompetencia de la Justicia porteña, con una integrante recusada por ser hermana de un funcionario del Gobierno porteño y con la intervención de una Fiscal siempre oportuna para resolver los temas que aquejan al gobierno amarillo. La misma Fiscal que tiró por la borda el registro judicial de estudiantes con necesidades informáticas no satisfechas, una herramienta creada por el Juez Gallardo para tramitar las solicitudes de equipamiento informático y de conexión a Internet de las personas que integran el colectivo afectado, negándoles así el derecho a la conectividad y la educación.
Volviendo, observa Daniel desde la Lente una concentración del poder institucional sin antecedentes, que se manifiesta en la imposición oficialista de bloquear el ejercicio democrático del debate Legislativo y en el desconociendo de las iniciativas populares como la creación de un parque público en Costa Salguero o en el encorsetamiento de las Juntas Comunales a funciones administrativas y la desmovilización de los Consejos Consultivos. Pues bien, a lo anterior debemos sumarle la captura del poder judicial… ¡la ruptura total del sistema! La derecha porteña se alzó con la suma de poder público para ejercerlo como modo de CONTROL SOCIAL.
O sea, un sector político creo la ingeniería necesaria para asumir la representación y ejercicio de los tres poderes del Estado, sin obligatoriedad alguna de rendir cuentas de su ejercicio. Por esa razón el Consejo de la Magistratura rechazo los pedidos de Juicio Político que recaían contra el Juez y sus colegas. Por esa misma razón, el Tribunal Superior de Justicia en capaz de negarle el acceso a una vivienda digna a una mama y su hijo con discapacidad que se encontraban en situación de calle, obviando la extrema vulnerabilidad de ambos.
Esa naturalización de que las guardias de los hospitales públicos tengan demoras de 8 a 12 hs; de que las escuelas estén infectadas con ratas, que haya pibes sin vacantes y que se cierren distintos profesorados o que no se cuestione que un 35% de los hogares sea inquilino y que el 15% de la población viva en villas y asentamientos se debe en gran medida a que jueces como estos, que están llamados a hacer efectivos nuestros derechos, sean quienes confirmen lo contrario.
Si tomamos como punto de partida el paso de la Lente que realizara Daniel podríamos decir que esa acumulación de poder se debe a que la derecha porteña capturo todos los estamentos del sistema democrático y republicano de gobierno. La ingeniería política no es más que mover funcionarios y acomodarlos en sectores de toma de decisión dentro de los tres poderes del Estado como es el caso de Juez/profesor, que paso de ser un funcionario denunciado por corrupción junto a Hernán Lombardi, al banquillo en el Contencioso Administrativo y de ahí a la Cámara, luego de ser sobreseído en Comodoro Py.
La Lente muestra la captura de la decisión estatal. Esta —la captura— se define como la pérdida de autonomía del Estado a la hora de formular e implementar políticas públicas, esa pérdida de autonomía se realiza vía dos mecanismo: la captura regulatoria, cuando los sectores económicos sensibles a la regulación estatal toman el control de las instancias decisorias de gobierno y/o las agencias regulatorias y la captura cultural, una forma mucho más difusa pero no por eso menos importante, que se da cuando las empresas se benefician de la acción de las agencias públicas porque los/as funcionarios/as comparten un mismo conjunto de creencias y visiones sobre el sector en cuestión. Para consolidar ese conjunto de creencias y visiones solo hace falta mover funcionarios de un poder a otro.
Ustedes no saben quién es el juez, y aunque puedan imaginarlo siempre les quedara una duda acerca de su identidad, pero es que realmente no importa. No tiene sentido conocer la persona porque en definitiva lo importante es la función y el mecanismo que la derecha instrumento para que esa función actúe conforme sus intereses. Más aun, podemos encontrar aquello que la Biblia describe como la parábola del juez injusto, esto es que —cada tanto y por cansancio— deciden algo que parece justo, pero a decir verdad, los derechos y garantías de los vecinos de la Ciudad dependen de como caiga la moneda, o mejor dicho, en donde caiga.
Sostendrá Hans Kelsen que la aspiración de justicia es la eterna aspiración del hombre a la felicidad en la sociedad. La justicia es la felicidad social, es la felicidad que el orden social garantiza. Por ello, resulta necesario recetarle a la justicia porteña el uso del “lente de las infancias” para que puedan ver con mayor claridad aquello que por lejano, les resulta borroso.
De lo contrario… ¿Será Justicia?